Durante años, muchas empresas creyeron que comprar licencias, instalar antivirus o contratar una consultoría puntual era suficiente para estar protegidas. Sin embargo, los últimos informes de IBM y PwC coinciden en algo: más del 70% de los incidentes de ciberseguridad ocurren en organizaciones que ya tenían herramientas implementadas, pero sin integración ni monitoreo constante.
Y es que la mayoría de las empresas no fracasan por falta de tecnología, sino por falta de visibilidad y control operativo.
El verdadero riesgo no está en los ataques que se ven, sino en los que nadie detecta a tiempo.
Un ciberataque ya no se mide solo por el número de datos robados, sino por las horas que la operación se detiene.
En industrias como retail, agroindustria o manufactura, un paro de 4 horas puede equivaler a pérdidas por cientos de miles de dólares, sin contar el daño reputacional y las sanciones regulatorias.
Wardion trabaja con corporativos que enfrentan este dilema todos los días: cómo mantener la operación activa incluso cuando algo falla.
Y la respuesta está en tres pilares:
Muchas empresas subestiman los efectos de no actuar hasta que el problema ocurre.
Pero, ¿cuál es realmente ese costo?
Según el Data Breach Report de IBM 2024, el costo promedio de un incidente en Latinoamérica supera los USD 1.6 millones, y el tiempo promedio de detección es de 204 días.
Cada minuto que pasa sin detección o respuesta aumenta el impacto financiero y operativo.
No se trata solo de proteger información:
Se trata de proteger la capacidad de seguir vendiendo, produciendo y operando.
Hoy, los líderes de TI más avanzados entienden que la ciberseguridad debe ser una función estratégica del negocio, no solo un gasto técnico.
Las empresas que logran continuidad operativa incluso ante auditorías o ciberataques no dependen de múltiples proveedores ni de soluciones inconexas.
Han adoptado un enfoque integral:
Esto no solo protege: genera confianza, credibilidad y valor de marca.
La ciberseguridad no es una herramienta. Es un sistema que debe adaptarse a la realidad de cada empresa.
Y su verdadero objetivo no es “prevenir ataques”, sino garantizar que la operación nunca se detenga, que cada auditoría se apruebe sin fricciones y que cada riesgo esté bajo control antes de que se vuelva un incidente.
En Wardion no vendemos tecnología. Diseñamos sistemas de continuidad operativa que protegen lo más importante: tu reputación, tus clientes y tu futuro.